EL JUEGO
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Poemas Eróticos - Sensuales :: Poesía Erótica Clásica y Breve
Página 1 de 1.
EL JUEGO
EL JUEGO
Ella sabe que es hermosa, y eso le da un desplante, que la hace ser diferente, felina, sensual. Se encuentra indolentemente sentada en la barra del bar, la copa cogida con elegancia entre sus dedos, sus piernas largas y bellas cruzadas, su espalda bellísima muy erguida. Está conciente que atrae hacia si muchas miradas, y que la mayoría de ellas la observan, como intentando desnudarla.
Ella no se sintió sorprendida, ni disgustada, con el descaro de aquel hombre, que se le acercó, y que ávidamente seguía las curvas de su desnuda espalda. Permanecía indiferente seguía sosteniendo su copa con elegancia, bebiendo a pequeños sorbos su trago. Con su mano libre, indiferente fingía arreglarse un rizo, que caía en su mejilla.
El acercó sus labios a su nuca, bajando suavemente por su espalda, su respiración se aceleraba revelando la inquietud que le producía su proximidad.
Ella tranquilamente removía el interior de su cristalina copa.
Sus labios besaron suavemente el lóbulo de su oreja, y una mano bajaba lenta y seductora por su espalda, tropezando con su tentadora cintura, donde se quedó inmóvil, mientras su tibio aliento murmuraba suaves susurros de apasionadas palabras.
Sorprendida por lo insólito de aquellas palabras, antes de volverse sonrió enigmáticamente.
Se volvió lentamente, con una mirada en sus ojos mezclada de ternura y de deseo, le cogió la mano, le besó la mejilla y se fueron a casa, felices de su juego, que los hizo escapar de la rutina, con aquel descarado coqueteo de marido y mujer, que culminaría en una noche mas de amor y deseo.
Pelusa
Ella sabe que es hermosa, y eso le da un desplante, que la hace ser diferente, felina, sensual. Se encuentra indolentemente sentada en la barra del bar, la copa cogida con elegancia entre sus dedos, sus piernas largas y bellas cruzadas, su espalda bellísima muy erguida. Está conciente que atrae hacia si muchas miradas, y que la mayoría de ellas la observan, como intentando desnudarla.
Ella no se sintió sorprendida, ni disgustada, con el descaro de aquel hombre, que se le acercó, y que ávidamente seguía las curvas de su desnuda espalda. Permanecía indiferente seguía sosteniendo su copa con elegancia, bebiendo a pequeños sorbos su trago. Con su mano libre, indiferente fingía arreglarse un rizo, que caía en su mejilla.
El acercó sus labios a su nuca, bajando suavemente por su espalda, su respiración se aceleraba revelando la inquietud que le producía su proximidad.
Ella tranquilamente removía el interior de su cristalina copa.
Sus labios besaron suavemente el lóbulo de su oreja, y una mano bajaba lenta y seductora por su espalda, tropezando con su tentadora cintura, donde se quedó inmóvil, mientras su tibio aliento murmuraba suaves susurros de apasionadas palabras.
Sorprendida por lo insólito de aquellas palabras, antes de volverse sonrió enigmáticamente.
Se volvió lentamente, con una mirada en sus ojos mezclada de ternura y de deseo, le cogió la mano, le besó la mejilla y se fueron a casa, felices de su juego, que los hizo escapar de la rutina, con aquel descarado coqueteo de marido y mujer, que culminaría en una noche mas de amor y deseo.
Pelusa
Karla Benitez- Moderadora
- Cantidad de envíos : 2991
Puntos : 50658
Fecha de inscripción : 22/03/2013
Karla Benitez- Moderadora
- Cantidad de envíos : 2991
Puntos : 50658
Fecha de inscripción : 22/03/2013
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Poemas Eróticos - Sensuales :: Poesía Erótica Clásica y Breve
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.