CÓMO...........
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EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Grandes Poetas y Escritores Consagrados :: Talentos de la Poesía
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Cómo han cambiado los murmullos que guardaban nuestros pasos: rojos y brunos explotaban en los atardeceres en los que la pasión y el sexo hacían cabriolas con los quejidos ocultos.
Cómo la piel, que se erizaba en los crepúsculos retozando sudores de caramelo y frambuesa; plenilunios de nueces amargas entre los pliegues abiertos de la lujuria, o entre los huecos anhelantes del deseo.
Cómo las manos, que buscaban tesoros escondidos detrás de cada gesto, en los contrafuertes del placer y el miedo, acariciando estrellas de porcelana y almíbar hasta convertirlas en fugaces designios de la locura.
Cómo los besos, arrebolando misterios encendidos en la voracidad de unos labios de tierra abierta, despejando auroras que se dormían en el roce pegajoso de los cuerpos unidos bajo las sábanas dulces.
Cómo han cambiado los arrojos del mar ardiente.
Cómo los futuros, atragantados de sendas vírgenes.
Cómo la voz, ahora musitando deudas para alargar el concilio de las “arrugas en las arrugas”, el imperdurable tiempo que se escapa como una babosa húmeda de lágrimas.
Cómo los ojos, asiéndose ya a los rincones del dolor y de las risas para reconocer el cómputo de los silencios y de las entregas a cuenta, resbalando horizontes que se han hecho convexos de tanto achicarlos.
Cómo la vida, apagándose con cada golpe de tiempo, con cada sístole, con cada coito de ternuras desmelenadas en la noche...
Luis E. Prieto
Cómo han cambiado los murmullos que guardaban nuestros pasos: rojos y brunos explotaban en los atardeceres en los que la pasión y el sexo hacían cabriolas con los quejidos ocultos.
Cómo la piel, que se erizaba en los crepúsculos retozando sudores de caramelo y frambuesa; plenilunios de nueces amargas entre los pliegues abiertos de la lujuria, o entre los huecos anhelantes del deseo.
Cómo las manos, que buscaban tesoros escondidos detrás de cada gesto, en los contrafuertes del placer y el miedo, acariciando estrellas de porcelana y almíbar hasta convertirlas en fugaces designios de la locura.
Cómo los besos, arrebolando misterios encendidos en la voracidad de unos labios de tierra abierta, despejando auroras que se dormían en el roce pegajoso de los cuerpos unidos bajo las sábanas dulces.
Cómo han cambiado los arrojos del mar ardiente.
Cómo los futuros, atragantados de sendas vírgenes.
Cómo la voz, ahora musitando deudas para alargar el concilio de las “arrugas en las arrugas”, el imperdurable tiempo que se escapa como una babosa húmeda de lágrimas.
Cómo los ojos, asiéndose ya a los rincones del dolor y de las risas para reconocer el cómputo de los silencios y de las entregas a cuenta, resbalando horizontes que se han hecho convexos de tanto achicarlos.
Cómo la vida, apagándose con cada golpe de tiempo, con cada sístole, con cada coito de ternuras desmelenadas en la noche...
Luis E. Prieto
Luis Prieto- Cantidad de envíos : 79
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