CORRECCIÓN FATAL

CORRECCIÓN FATAL


Ella murió convencida de que no la amaba
pero yo sabia que la sabiduría del destino
corregiría ese detalle en su agónica fase final.
No me convenzo del dolor de su último suspiro
ni de la antesala del purgatorio que le esperará.

Aun después de muerta me resisto a soltarla
mi corazón hiberna en el iceberg de su cuerpo
mi alma es materia en llaga de su piel especular.
Tenía prohibido morirse mientras yo viviera.
¡El supremo la condenara por dejarme en soledad!

Maldita la vida que mata sueños e ilusiones
ramificando su hiel en amargos sinsabores,
maldito yo por seguir amándola en orfandad.
Tal vez despierte regalándole mi última sonrisa
pero ya es luz espectral que la muerte desayunará.


La abrazaré así su cadáver se pudra a mi lado
le contaré mis andanzas que tanto odiaba
no la dejaré en paz por haberme abandonado
me quedaré quietito hasta que me lleve la muerte
y ella comprenderá que la amé como no amé jamás.


EURÍDICE CANOVA
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