CANTO I. Venimos de la noche
3 participantes
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Poesía Familiar- Social-Amistad- de Protesta-
Página 1 de 1.
CANTO I. Venimos de la noche
Vicente Gerbasi
CANTO I
Venimos de la noche y hacia la noche vamos.
Atrás queda la tierra envuelta en sus vapores,
donde vive el almendro, el niño y el leopardo.
Atrás quedan los días, con lagos, nieves, renos,
con volcanes adustos, con selvas hechizadas
donde moran las sombras azules del espanto.
Atrás quedan las tumbas al pie de los cipreses,
solos en la tristeza de lejanas estrellas.
Atrás quedan las glorias como antorchas que apagan
ráfagas seculares.
Atrás quedan las puertas quejándose en el viento.
Atrás queda la angustia con espejos celestes.
Atrás el tiempo queda como drama en el hombre:
engendrador de vida, engendrador de muerte.
El tiempo que levanta y desgasta columnas,
y murmura en las olas milenarias del mar.
Atrás queda la luz bañando las montañas,
los parques de los niños y los blancos altares.
Pero también la noche con ciudades dolientes,
la noche cotidiana, la que no es noche aún,
sino descanso breve que tiembla en las luciérnagas
o pasa por las almas con golpes de agonía.
La noche que desciende de nuevo hacia la luz,
despertando las flores en valles taciturnos,
refrescando el regazo del agua en las montañas,
lanzando los caballos hacia azules riberas,
mientras la eternidad, entre luces de oro,
avanza silenciosa por prados siderales.
CANTO I
Venimos de la noche y hacia la noche vamos.
Atrás queda la tierra envuelta en sus vapores,
donde vive el almendro, el niño y el leopardo.
Atrás quedan los días, con lagos, nieves, renos,
con volcanes adustos, con selvas hechizadas
donde moran las sombras azules del espanto.
Atrás quedan las tumbas al pie de los cipreses,
solos en la tristeza de lejanas estrellas.
Atrás quedan las glorias como antorchas que apagan
ráfagas seculares.
Atrás quedan las puertas quejándose en el viento.
Atrás queda la angustia con espejos celestes.
Atrás el tiempo queda como drama en el hombre:
engendrador de vida, engendrador de muerte.
El tiempo que levanta y desgasta columnas,
y murmura en las olas milenarias del mar.
Atrás queda la luz bañando las montañas,
los parques de los niños y los blancos altares.
Pero también la noche con ciudades dolientes,
la noche cotidiana, la que no es noche aún,
sino descanso breve que tiembla en las luciérnagas
o pasa por las almas con golpes de agonía.
La noche que desciende de nuevo hacia la luz,
despertando las flores en valles taciturnos,
refrescando el regazo del agua en las montañas,
lanzando los caballos hacia azules riberas,
mientras la eternidad, entre luces de oro,
avanza silenciosa por prados siderales.
shamaim- Cantidad de envíos : 399
Puntos : 36263
Fecha de inscripción : 30/09/2014
Juan24- Cantidad de envíos : 116
Puntos : 38352
Fecha de inscripción : 25/12/2013
sabra- Admin
- Cantidad de envíos : 16172
Puntos : 93825
Fecha de inscripción : 30/05/2009
Temas similares
» CANTO I. Venimos de la noche y hacia la noche vamos.
» ¿ADÓNDE VENIMOS? ¿DE DÓNDE VAMOS?
» ¿ADÓNDE VENIMOS? ¿DE DÓNDE VAMOS?
» ❄Noche de paz, noche de amor Villancico recitado❄
» CANTO
» ¿ADÓNDE VENIMOS? ¿DE DÓNDE VAMOS?
» ¿ADÓNDE VENIMOS? ¿DE DÓNDE VAMOS?
» ❄Noche de paz, noche de amor Villancico recitado❄
» CANTO
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Poesía Familiar- Social-Amistad- de Protesta-
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.