UNA BUENA GUIONISTA

UNA BUENA GUIONISTA

El otro día leyendo el diario en la sección de espectáculos, se podía leer que un actor se quejó (por twitter) por el poco protagonismo que tenía en la novela en la cual trabaja. Se armó un revuelo bárbaro ,lo que motivó la renuncia de la guionista (Lily Ann Martin).En general la prensa dice que la echaron y la buena de Lily dice que renunció de común acuerdo.

Al leer la noticia le creí a toda la prensa y gogleé por la red y ya decían que la habían despedido.
Me dije- Pobre mujer….se quedó sin trabajo y siempre que pienso en eso, me imaginó a una familia que tal vez depende del trabajo de la mujer o de los aportes que pueda hacer en su hogar. Si renunció por motus propio, supongo que lo tenía previsto y si la echaron como dice la prensa, espero que encuentre trabajo pronto.

Me pregunto si en el medio televisivo los errores se pagan de una manera radical o se busca a un chivo expiatorio para dejar contento al resto o tal vez las reglas del juego en el mundo del espectáculo sean así.

Tal vez la guionista sabía a lo que se exponía al destronar al protagonista y renunció para calmar las aguas.
Seguí leyendo el artículo y hablaban de la incorporación de un actor de reparto con pinta de galán y de apariencia juvenil. Ante semejante espécimen la audiencia femenina estaba más que alborotada, lo que motivó el sentido de alerta del protagonista.

Comencé a entender el enojo del protagonista y el buen criterio de la guionista para darle un giro a la novela. La guionista vio más allá, priorizó el producto y se dio cuenta de que este joven actor era la clave del éxito.
Me dio pena pensar que alguien se quedó sin trabajo por una cuestión de egos o narcisismo y después me pregunté si el paso del tiempo no era el culpable.

El protagonista es un gran actor y antaño las adolescentes lo seguían a todas partes. Pero el paso del tiempo hace estragos a la hora de las elecciones, y si son las adolescentes quienes eligen a sus nuevos ídolos o a sus galanes; ellas no tienen término medio.

Ellas eligieron y así el joven intruso diga dos palabras en la novela, las adolescentes esperarán esas dos palabras para endiosarlo aún más. El protagonista ya perdió su cetro y al quejarse cometió un gran error. En definitiva el público femenino es el que elige y si son novelas para adolescentes, lo que digan las jovencitas es ley.

Como sea y más allá de la elección de las adolescentes o del enojo del protagonista o del éxito del nuevo galán de reparto, o del rating que sube semana a semana, considero que a mi modo de ver es irrelevante.

En concreto una buena guionista perdió o renunció a su trabajo después del lio que armó el protagonista. Si bien encontrará otro trabajo, tal vez se sentirá condicionada por la simple razón de que no repetirá la historia dos veces.
Es cierto que el tiempo hace estragos, pero también es cierto que el sistema tarde o temprano te vence.


EURÍDICE CANOVA
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