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El cigarrillo y yo
por laila mabrik Jue Jun 05, 2014 2:25 pm
El cigarrillo y yo
Por Azucena747
Esta parte de mi historia tiene que ver con el cigarrillo. Yo fui fumadora mucho tiempo. Había comenzado a fumar en la época de la escuela secundaria cuando uno cree que nada le puede afectar. Llevada por ese desenfado e irresponsabilidad propia de la mayoría de los adolescentes comencé a fumar y cuando me di cuenta ya se convirtió en una adicción. Como la mayoría de los fumadores, sabemos que nos hace mal pero como se trata de una adicción es difícil dejarlo. Así fueron transcurriendo los años, me casé y tuve 3 hijos. Mi esposo también fumaba pero mucho más que yo. Cuando le recriminaba para que no fumara tanto siempre me decía: “De algo hay que morir”. Pasaron los años, la relación de pareja se fue desgastando y tuve que separarme porque él, además de la adicción al cigarrillo tenía otra: era jugador compulsivo. Cuando nos separamos prácticamente me quedé en la calle con mis hijos pequeños. Luego de la separación siempre mantuve buena relación con el padre de mis hijos. Pasaron diez años y un día me llama por teléfono y me dice:"Tengo cáncer de pulmón". Eso fue el 2 de mayo de 2008. Fue un golpe muy duro conocer esa triste noticia. Ese día dejé de fumar. A pesar de que siempre había intentado dejarlo, a veces con más éxito que otras, siempre volvía al cigarrillo. Ese día fue distinto. Algo en mí hizo que pensara: "Si le sucedió a él, también me puede suceder a mí". Si bien es cierto que la muerte nos va a llegar a todos en algún momento y que estamos preparados para enterrar a nuestros padres como algo lógico y natural, pensar que puede morir alguien que fue tu "par", tu pareja, alguien de tu edad, es algo que impacta mucho. O al menos me impactó mucho a mí. Él falleció un mes y medio después de ese día en que me dio la noticia. No soportó el tratamiento de quimioterapia y se fue. Nuestros hijos estuvieron todos cerca de él. Aún hoy recuerdan la espantosa agonía que sufrió el padre. Desde ese día y luego de haber tomado conciencia real de lo que significa el fumar, he tomado las cosas de manera distinta. Ya muchas cosas que antes me desvelaban dejaron de tener tanta importancia. Ya no me enojo como antes, disfruto las cosas simples de la vida diaria como el haber abierto los ojos, el poder caminar, el poder oír, hablar, ver, el tener amigos y poder reír.
Le doy gracias a Dios por la vida y por tantas bendiciones que tengo diariamente. La muerte del padre de mis hijos me hizo ver la vida de otra manera. Me hizo darme cuenta que la vida es muy corta y que tenemos que valorarla, cuidarla y amarla.
Por Azucena747
Esta parte de mi historia tiene que ver con el cigarrillo. Yo fui fumadora mucho tiempo. Había comenzado a fumar en la época de la escuela secundaria cuando uno cree que nada le puede afectar. Llevada por ese desenfado e irresponsabilidad propia de la mayoría de los adolescentes comencé a fumar y cuando me di cuenta ya se convirtió en una adicción. Como la mayoría de los fumadores, sabemos que nos hace mal pero como se trata de una adicción es difícil dejarlo. Así fueron transcurriendo los años, me casé y tuve 3 hijos. Mi esposo también fumaba pero mucho más que yo. Cuando le recriminaba para que no fumara tanto siempre me decía: “De algo hay que morir”. Pasaron los años, la relación de pareja se fue desgastando y tuve que separarme porque él, además de la adicción al cigarrillo tenía otra: era jugador compulsivo. Cuando nos separamos prácticamente me quedé en la calle con mis hijos pequeños. Luego de la separación siempre mantuve buena relación con el padre de mis hijos. Pasaron diez años y un día me llama por teléfono y me dice:"Tengo cáncer de pulmón". Eso fue el 2 de mayo de 2008. Fue un golpe muy duro conocer esa triste noticia. Ese día dejé de fumar. A pesar de que siempre había intentado dejarlo, a veces con más éxito que otras, siempre volvía al cigarrillo. Ese día fue distinto. Algo en mí hizo que pensara: "Si le sucedió a él, también me puede suceder a mí". Si bien es cierto que la muerte nos va a llegar a todos en algún momento y que estamos preparados para enterrar a nuestros padres como algo lógico y natural, pensar que puede morir alguien que fue tu "par", tu pareja, alguien de tu edad, es algo que impacta mucho. O al menos me impactó mucho a mí. Él falleció un mes y medio después de ese día en que me dio la noticia. No soportó el tratamiento de quimioterapia y se fue. Nuestros hijos estuvieron todos cerca de él. Aún hoy recuerdan la espantosa agonía que sufrió el padre. Desde ese día y luego de haber tomado conciencia real de lo que significa el fumar, he tomado las cosas de manera distinta. Ya muchas cosas que antes me desvelaban dejaron de tener tanta importancia. Ya no me enojo como antes, disfruto las cosas simples de la vida diaria como el haber abierto los ojos, el poder caminar, el poder oír, hablar, ver, el tener amigos y poder reír.
Le doy gracias a Dios por la vida y por tantas bendiciones que tengo diariamente. La muerte del padre de mis hijos me hizo ver la vida de otra manera. Me hizo darme cuenta que la vida es muy corta y que tenemos que valorarla, cuidarla y amarla.
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