La historia de Twahna
2 participantes
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Poemas Contra el Maltrato y Violencia de Género :: Cuentos y Relatos sobre Violencia de Género.
Página 1 de 1.
La historia de Twahna
Estaba en segundo año de universidad. Me enamoré de un tipo maravilloso, mi príncipe azul. Era la relación perfecta, hasta que un día me dio una bofetada. Me dijo: “Bruja, esto no habría ocurrido si no hubieras abierto la boca”.
Desde aquel momento, mi vida dio un vuelco. Sufrí maltrato mental, emocional y sexual. Él me humillaba, decía que estaba obesa y destruyó por completo mis fuerzas. Empecé a dudar de mi autoestima, de la confianza en mí misma y del verdadero sentido de mi vida. Pensé en el suicidio muchas veces; era una salida para mí.
Al principio no se lo dije a nadie. Me daba demasiada vergüenza contar lo que me pasaba porque mi familia y amigos lo adoraban. Él me aisló de mi red mi apoyo, de las personas que me querían y se preocupaban de verdad por mí. La comunicación con la familia y los amigos era limitada. Él vigilaba todos mis movimientos.
Finalmente reuní el valor y la fuerza necesarios para contárselo a una familiar, que me dijo: “Te creo. Mereces algo mejor. ¿Cómo puedo ayudarte?”.
Dejé a mi maltratador y me fui a vivir con ella por un tiempo, pero él me convenció para que regresara. Juró que iba a buscar asesoramiento, un programa orientado a controlar la ira, pero nunca lo hizo. Dijo las palabras justas para volver a hacerse conmigo. Lo creí con toda mi alma y le di otra oportunidad, pero nada cambió. Un día me agarró del cuello con las manos y empezó a estrangularme. Estaba como poseído. Me dijo: “Te mataré si vuelves a marcharte”. Me vi muriendo entre sus manos.
Esa noche me acosté y recé. Escuché una voz que me susurraba al oído y supe que era la voz de Dios. Al día siguiente me desperté, y oí que la voz me decía: ‘Hoy mismo te vas‘. No podía creer lo que estaba oyendo. A él le dije que me iba a trabajar y me despedí con un beso. Me escondí detrás de un edificio frente a nuestro apartamento y, cuando vi que se había metido en el coche, volví a recoger mis cosas. Jamás regresé.
Fue el momento más aterrador de mi vida. Empezar de nuevo sin él fue muy difícil, pero seguí adelante y decidida a volver a vivir. Me dediqué al voluntariado en un albergue local y a denunciar la violencia de género en algunos espacios incómodos.
Empecé a salir de nuevo y decidí regresar a la universidad. Tuve la oportunidad de contar mi historia en un encuentro de mujeres jóvenes, un acto en recuerdo de quienes habían perdido la vida a causa de este tipo de violencia. Esa noche mi historia les impactó a varias de las mujeres, y me di cuenta de que también podía motivarme a mí.
La Sociedad de las Mariposas nació gracias a mi experiencia personal. Somos una organización de base, con presencia en el terreno, que se reúne con las personas allí donde están. Vamos a las peluquerías, a las escuelas del barrio y a las iglesias. Nuestro objetivo es informar, empoderar y comprometer a la comunidad.
Todavía queda mucho trabajo por delante y nosotras, como equipo, podemos hacer que las cosas cambien. Una persona no puede hacer esto sola; se necesitan muchas manos y muchas voces para lograrlo.
Twahna, fundadora de la Sociedad de las Mariposas
Informe de Amnistía Internacional
Desde aquel momento, mi vida dio un vuelco. Sufrí maltrato mental, emocional y sexual. Él me humillaba, decía que estaba obesa y destruyó por completo mis fuerzas. Empecé a dudar de mi autoestima, de la confianza en mí misma y del verdadero sentido de mi vida. Pensé en el suicidio muchas veces; era una salida para mí.
Al principio no se lo dije a nadie. Me daba demasiada vergüenza contar lo que me pasaba porque mi familia y amigos lo adoraban. Él me aisló de mi red mi apoyo, de las personas que me querían y se preocupaban de verdad por mí. La comunicación con la familia y los amigos era limitada. Él vigilaba todos mis movimientos.
Finalmente reuní el valor y la fuerza necesarios para contárselo a una familiar, que me dijo: “Te creo. Mereces algo mejor. ¿Cómo puedo ayudarte?”.
Dejé a mi maltratador y me fui a vivir con ella por un tiempo, pero él me convenció para que regresara. Juró que iba a buscar asesoramiento, un programa orientado a controlar la ira, pero nunca lo hizo. Dijo las palabras justas para volver a hacerse conmigo. Lo creí con toda mi alma y le di otra oportunidad, pero nada cambió. Un día me agarró del cuello con las manos y empezó a estrangularme. Estaba como poseído. Me dijo: “Te mataré si vuelves a marcharte”. Me vi muriendo entre sus manos.
Esa noche me acosté y recé. Escuché una voz que me susurraba al oído y supe que era la voz de Dios. Al día siguiente me desperté, y oí que la voz me decía: ‘Hoy mismo te vas‘. No podía creer lo que estaba oyendo. A él le dije que me iba a trabajar y me despedí con un beso. Me escondí detrás de un edificio frente a nuestro apartamento y, cuando vi que se había metido en el coche, volví a recoger mis cosas. Jamás regresé.
Fue el momento más aterrador de mi vida. Empezar de nuevo sin él fue muy difícil, pero seguí adelante y decidida a volver a vivir. Me dediqué al voluntariado en un albergue local y a denunciar la violencia de género en algunos espacios incómodos.
Empecé a salir de nuevo y decidí regresar a la universidad. Tuve la oportunidad de contar mi historia en un encuentro de mujeres jóvenes, un acto en recuerdo de quienes habían perdido la vida a causa de este tipo de violencia. Esa noche mi historia les impactó a varias de las mujeres, y me di cuenta de que también podía motivarme a mí.
La Sociedad de las Mariposas nació gracias a mi experiencia personal. Somos una organización de base, con presencia en el terreno, que se reúne con las personas allí donde están. Vamos a las peluquerías, a las escuelas del barrio y a las iglesias. Nuestro objetivo es informar, empoderar y comprometer a la comunidad.
Todavía queda mucho trabajo por delante y nosotras, como equipo, podemos hacer que las cosas cambien. Una persona no puede hacer esto sola; se necesitan muchas manos y muchas voces para lograrlo.
Twahna, fundadora de la Sociedad de las Mariposas
Informe de Amnistía Internacional
Arjona Dalila Rosa- Cantidad de envíos : 1230
Puntos : 45325
Fecha de inscripción : 10/10/2012
Armando Lopez- Moderador General
- Cantidad de envíos : 5558
Puntos : 58219
Fecha de inscripción : 07/01/2012
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Poemas Contra el Maltrato y Violencia de Género :: Cuentos y Relatos sobre Violencia de Género.
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.