INSTANTÁNEA
2 participantes
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Cuentos de Amor -Tristeza y Otros :: Microcuentos-Microrrelatos
Página 1 de 1.
INSTANTÁNEA
INSTANTÁNEA
Amapolita tropezó en el patio del colegio y quedó tendida. Estaba paralizada. Panza arriba su cuerpo miraba el cielo pasar. El sol de media mañana se detuvo en su frente, hasta quemar cada una de sus pecas. Qué hermoso cielo, pensó. En sus ojos se había posado una postal. Las nubes danzaban encima de ella. Todo era perfecto.
Cerró los ojos y respiró el peso de la belleza. Trató de dilatar el tiempo, y en su esfuerzo, hizo varias muecas, apretó las manos y los dientes. Su profesora le había hablado de poesía. ¿Qué era la poesía? ¿Dónde se encontraba la poesía? ¿Cómo se respiraba la poesía? Poesía eres tú, había leído. Al soltar el aire, los ojos se le abrieron de golpe y se asustó.
Su cielo había desaparecido, se había ido. Ya no había nubes danzando encima de ella. El cielo era únicamente azul. Sí, azul. Sereno. ¡Qué efímera la poesía! Evaporada por los aires, en tan poquito tiempo. ¡Eso era! La poesía residía en la vida. Tenía que ser rápida si quería retenerla. Como una cámara instantánea. Tendida, echando raíces en el patio del colegio, Amapolita miró al cielo, y entendió. Poesía.
Poesía eres tú, y tú, y yo, dijo. En su cabeza las nubes danzaban eternas. Un vals.
Elena Montes
Amapolita tropezó en el patio del colegio y quedó tendida. Estaba paralizada. Panza arriba su cuerpo miraba el cielo pasar. El sol de media mañana se detuvo en su frente, hasta quemar cada una de sus pecas. Qué hermoso cielo, pensó. En sus ojos se había posado una postal. Las nubes danzaban encima de ella. Todo era perfecto.
Cerró los ojos y respiró el peso de la belleza. Trató de dilatar el tiempo, y en su esfuerzo, hizo varias muecas, apretó las manos y los dientes. Su profesora le había hablado de poesía. ¿Qué era la poesía? ¿Dónde se encontraba la poesía? ¿Cómo se respiraba la poesía? Poesía eres tú, había leído. Al soltar el aire, los ojos se le abrieron de golpe y se asustó.
Su cielo había desaparecido, se había ido. Ya no había nubes danzando encima de ella. El cielo era únicamente azul. Sí, azul. Sereno. ¡Qué efímera la poesía! Evaporada por los aires, en tan poquito tiempo. ¡Eso era! La poesía residía en la vida. Tenía que ser rápida si quería retenerla. Como una cámara instantánea. Tendida, echando raíces en el patio del colegio, Amapolita miró al cielo, y entendió. Poesía.
Poesía eres tú, y tú, y yo, dijo. En su cabeza las nubes danzaban eternas. Un vals.
Elena Montes
Estrella- Cantidad de envíos : 2015
Puntos : 45746
Fecha de inscripción : 19/07/2013
Rosko- Moderador Musical
- Cantidad de envíos : 4615
Puntos : 54375
Fecha de inscripción : 06/04/2012
EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA :: Cuentos de Amor -Tristeza y Otros :: Microcuentos-Microrrelatos
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.