PARÍS
Página 1 de 1.
PARÍS
QUAI D’ORLÉANS
A Margaret Miller
Cada barcaza por el río remolca sin esfuerzo una poderosa estela,
inmensa hoja de roble de grises destellos sobre un gris más opaco;
y detrás de ella flotan hojas verdaderas, descienden hacia el mar.
Venas de azogue en las gigantes hojas, ondulaciones avanzan
hacia el lado del muelle, se extinguen contra sus murallas,
suaves, como a su fin van las estrellas fugaces en algún punto del cielo.
Y tropeles de hojas pequeñas, de hojas reales las persiguen a la deriva
hasta perderse, humildes en el vestíbulo disolvente del mar.
De pie, inmovilizados como rocas miramos las hojas y las ondas
mientras la luz sostiene con las nerviosas aguas una entrevista.
“Si lo que vemos pudiera olvidarnos la mitad de lo que a sí mismo se olvida
–quiero decirte– pero no podremos librarnos en toda la vida del fósil de las hojas.”
Elizabeth Bishop
A Margaret Miller
Cada barcaza por el río remolca sin esfuerzo una poderosa estela,
inmensa hoja de roble de grises destellos sobre un gris más opaco;
y detrás de ella flotan hojas verdaderas, descienden hacia el mar.
Venas de azogue en las gigantes hojas, ondulaciones avanzan
hacia el lado del muelle, se extinguen contra sus murallas,
suaves, como a su fin van las estrellas fugaces en algún punto del cielo.
Y tropeles de hojas pequeñas, de hojas reales las persiguen a la deriva
hasta perderse, humildes en el vestíbulo disolvente del mar.
De pie, inmovilizados como rocas miramos las hojas y las ondas
mientras la luz sostiene con las nerviosas aguas una entrevista.
“Si lo que vemos pudiera olvidarnos la mitad de lo que a sí mismo se olvida
–quiero decirte– pero no podremos librarnos en toda la vida del fósil de las hojas.”
Elizabeth Bishop
EGA- Escritora
- Cantidad de envíos : 683
Puntos : 43476
Fecha de inscripción : 19/12/2012
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.