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Yaras, las sirenas selváticas protectoras de los peces

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Yaras, las sirenas selváticas protectoras de los peces Empty Yaras, las sirenas selváticas protectoras de los peces

Mensaje por clarita Lun Mayo 29, 2023 8:42 pm

Yaras, las sirenas selváticas protectoras de los peces Yaras-11

Yaras, las sirenas selváticas protectoras de los peces


La cosmovisión amazónica concibe a la «sirena» como un espíritu del agua, y colectivamente también son llamadas “yaras”, las cuales son consideradas como las esposas de los Yacurunas.

Es un ser mitológico que adopta ciertas características propias de los humanos, como es la lujuria, la ira, el egoísmo, la obsesión, el engaño, el secuestro, la exigencia, la adulación, el enamoramiento y la venganza.

Al igual que en los otros espíritus amazónicos (Chullachaqui, Yakumama, Sachamama), estas características evidencian que en la construcción del personaje ha existido una fuerte intencionalidad por humanizar a dicho espíritu.

Se considera que las sirenas son dueñas de los recursos hidrobiológicos de las aguas. Son la «madre del agua«, la «madre de la cocha” (lago) o la «madre del río«.

Ellas son las que cuidan a los peces y evitan la pesca sin su autorización.

Se la considera como una mujer de atractiva belleza, de larga cabellera, verde o rubia, según el caso, ojos azules, baja estatura, pero con las extremidades inferiores en forma de cola de pez y cubierta de escamas de la cintura para abajo.

Respecto a su carácter, se dice que tiene una personalidad ambivalente, ya que puede ser generosa o maligna, según su estado anímico producto de la interacción con los seres humanos que son de su agrado o no.

La Sirena es generosa con los que aprovechan racionalmente los recursos hidrobiológicos y con los que logran captar su atención amorosa, premiándoles con recursos hidrobiológicos (peces).

Por el contrario, es dañina con las personas que invaden su espacio sin permiso y aprovechan mal los recursos ictiológicos, castigándolos con hacerles «escasa la pesca», haciéndoles «desparecer» las redes de pesca, causando fuertes remolinos, o causando mal tiempo que ahuyenta a los pescadores del lugar.

Según lo que cuentan algunos testimonios que han avistado a estos seres mágicos y misteriosos, su aparición la hace generalmente en las orillas de los ríos, aprovechando las noches de luna llena, y con la dulzura de su voz entona canciones, ejerciendo un encanto mágico entre los varones que la escuchan.

Son muchos los testimonios de personas que dicen haber escuchado música salir de las profundidades del río, lago o arroyo, como si en su interior existiese una gran fiesta, con mucho jolgorio.

Algunos testigos afirman nunca haber visto a la sirena, pero sí haber escuchado sus hermosos y melodiosos cantos en la oscuridad de la noche provenientes de algún lago, rio o arroyo, acompañados de sonidos de «guitarra», «mandolina» o «arpa», sobre todo en noches de luna llena.

La sirenas pueden adular y engañar a sus víctimas para llevárselas a lo profundo del río, causando una fascinación y encanto en aquel hombre que logra ver su belleza, sumiéndolo en una nostalgia y tristeza si no la vuelve a ver y sintiéndose atraído por las aguas de ríos y lagos, donde la observó inicialmente.

Algunas personas afirman que la atracción hipnótica es tal que algunos varones terminan levantándose por las noches de sus camas, y dirigiéndose a la fuente de agua con la idea de arrojarse a ella, teniendo muchas veces que ser forzados a no hacerlo por sus familiares, quienes prefieren prevenir esto exigiendo al joven que se vaya del lugar.

Una vez que una persona ingresa al agua, bajo el encantamiento de la sirena, se encuentra con un mundo libre de agua, parecido al nuestro, donde hay ciudades y personas que viven cómodamente; donde la boa de agua (anacondas), los lagartos (caimanes), los lobos de río (nutrias), las tortugas y otros animales acuáticos, son personas que habitan con las sirenas.

Muchas personas, sobre todo los ancianos, aseguran que era común observar a estos seres en fechas pasadas cuando recién se poblaba la Amazonía y cuando no existía mucho disturbio de la actividad humana en las fuentes de agua.

Sin embargo, la típica advertencia de “ten cuidado, no te vaya a llevar la sirena«, o “ten cuidado con la madre de la cocha«, ha servido durante tiempos ancestrales y sirve actualmente para amedrentar a las personas que pretenden ir solas a las orillas de los ríos, lagos y arroyos, y en especial cuando tratan de ingresar a tales ambientes naturales para bañarse sin cuidado o protección.

Asimismo, la creencia de que la sirena es «la madre del agua«, ha servido para que los pescadores de las regiones amazónicas, tengan al menos la idea de pescar con respeto y de forma racional el recurso hídrico, traducidos en mensajes como «no pesques demasiado» o «no pesques en vano» o «deja que descanse la pesca«.
clarita
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