EL AMANECER DE LA POESIA DE EURIDICE CANOVA Y SABRA
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

"Mi amiga" la monja Celina

Ir abajo

"Mi amiga" la monja Celina Empty "Mi amiga" la monja Celina

Mensaje por Estrella Mar Feb 17, 2015 4:43 pm

"Mi amiga" la monja Celina, parte 1

Aún la recuerdo como si fuera ayer, y cada vez que lo hago me recorre cierto rencor, pero también me arranca una sonrisa, al recordar las travesuras que hice en la época de la tía esa, a ver, tenia 8 años, y cursaba el tercer grado de la primaria, todo flaquito, mi peinado con raya al costado izquierdo, como le gustaba a mi viejo, andaba con mi bolso de cuero, en lugar de mochila o esas maletas James Bond como las que usaban algunos de mis compañeros, ahora que lo pienso ese año, 1985, Yo ya usaba ese bolso de cuero que le vimos a Paolo Guerrero ¡¡¡el muy cabrón!!! Bueno a lo que iba, ese grado designaron de profesora a una de las monjas del colegio, era usual que las monjas dicten clases, ya que estudie en un colegio dirigida por viudas de pingüino. La cuestión es que desde el primer día de clases la monja y yo nos causamos mutuo rechazo, el motivo, hasta ahora no lo puedo precisar, tal vez me vio la cara de travieso o de alguien que parece callado pero en realidad analiza mucho antes de actuar, y seguro pensó, ¡¡¡este pendejo a mi no me la hace!!! La monja Celina era alta, blanca, una cara de avispa flaca, unos dedos largos y huesudos, y una expresión dura y de asco, como si estuviera en el baño de un bar de mala muerte y le causara repulsión lo que estaba oliendo. Yo le decía madre a secas, que estupidez, no se por que llaman madre a las monjas, ¿acaso alguna vez parieron y sintieron el dolor que nuestras madres si? Los demás compañeros le decían madrecita, mas pateros no podían ser.

Un día dejó de tarea para la casa, fabricar una porta lapiceros con una lata reciclada, había que forrarla con papel de regalo y bueno dejarla la más bonita que se pudiera, la tarea tenía una calificación acorde al empeño que le hubieras puesto, llego el día de presentar la dichosa lata y en la formación de la mañana antes de ingresar a clases, me di con la ingrata sorpresa de que se me había olvidado por completo, que joda, el día anterior trabaje en el negocio familiar, ayudando en el horno de pasteles a limpiar las latas para hornear y otras cosas mas. Se me cruzaron mil y una ideas de como salir del apuro, lo peor era que todos tenían sus latas y yo no, llegamos al salón de clases y yo estaba sudando frío de miedo, ¿qué me iba a decir la monja? ¿Se lo diría a mi vieja? ¿Mi viejo me daría una zurra? La cuestión es que me senté en mi carpeta todo preocupado, al costado mío se sentaba mi amigo Ronald al que le decíamos pato, por lo parecido de Ronald con Donald, le conté lo que pasaba y me dijo: ¿que te parece si yo presento mi lata y luego te la paso? Le dije -bacán, que buena idea, gracias pato.

La monja saco su lista y comenzó a llamar de acuerdo a la lista en orden alfabético, y empezó a calificar mas o menos con estas expresiones ¡muy bien Pepita!¡que buen trabajo Juanita!....¡excelente Lita! ...¡Tú si eres listo Carlitos!.., etc. cuando le toco el turno al pato, la monja reviso su lata y le puso 18, ese pato era bien chancon y era un trome en los trabajos manuales, con razón en la secundaria nos enteramos que era un trome con la mano... regresó con una sonrisa cómplice de oreja a oreja y me guiño un ojo antes de pasarme la lata, sólo quedábamos 2 por llamar, mi amigo Queño el pequeño y Yo, cuando la monja llamó por mi apellido, salí nervioso con las manos sudandome, y un poco pálido, mientras ella me miraba con una expresión dura, llegue a su escritorio y le entregue la lata, la miro sin ningún interés y dijo: ¿Esta lata me parece conocida? y me puso 15 de nota, me regrese a mi lugar molesto y pensando ¡¡¡qué pendeja!!! claro como yo le caía altamente a la teta me puso esa nota y a mi amigo pato le puso 18, ahora que recuerdo, que conchudo fui por haber pensado así y encima con un trabajo ajeno, me senté en mi carpeta y con una sonrisa cómplice y sin que la monja se diera cuenta le devolví la lata a mi amigo pato, ¡¡¡te debo una!!! le dije, gran error, al segundo escuchamos una voz que chillaba ¡¡¡madrecita Ronald le presto su lata al chino!!!!, era Celia, la chismosa de la clase, de esas que no faltan en ningún lado, era más chismosa que la urraca.


Última edición por Estrella el Mar Feb 17, 2015 4:48 pm, editado 1 vez
Estrella
Estrella

Cantidad de envíos : 2015
Puntos : 45776
Fecha de inscripción : 19/07/2013

Volver arriba Ir abajo

"Mi amiga" la monja Celina Empty Re: "Mi amiga" la monja Celina

Mensaje por Estrella Mar Feb 17, 2015 4:44 pm

"Mi amiga" la monja Celina, parte 2

¡Demonios! me puse más pálido que el poto de un fantasma y busque con la mirada a la monja, me miro y estaba echando humo por las orejas, y los ojos se le querían salir de las orbitas, se acerco a mi lugar y grito:

¡¡¡Eres un mentiroso!!! ¡¡¡ladrón!!!! ¡¡¡solo los delincuentes hacen eso!!!

Me tiro un par de soberbias cachetadas de ida y vuelta, creo que por esos días estaba con la gripe y los mocos se me fueron de viaje con cada cachetadon, no se como las aguante, la mire con miedo y con odio, pero no llore, me daban ganas de pararme y tirarle un par de patadas en las canillas, pero sabia que si hacia eso no regresaba mas al colegio porque me ganaba una expulsión, así que me contuve, toda la clase me miraba y yo me moría de la vergüenza, los segundos se
hacían eternos, me imaginaba la cara de mi amigo pato, de miedo, y pensando si a él también le tocaría su dosis de cachetadones, pero no le dijeron nada, ni siquiera lo miraron. De pronto la monja me grito:

¡¡¡¡fueraaa!!! ¡¡¡te vas de acá y no regreses!!!
Saque mis cosas y me fui, de camino a casa pensaba muchas cosas ¿Que diría mi madre? ¿Me correrían del colegio? Lo que más me preocupaba era lo que diría mi viejo, ese tío si que era más duro que el terminator, si que nos daba nuestras buenas zurras cada vez que hacíamos travesuras de consideración.

Llegue a casa y mi madre estaba en la tienda, me miró sorprendida y le dije que en el colegio habían suspendido las clases, pero me conocía muy bien y no se trago el cuento, luego de cambiarme la estuve ayudando de lo mas empeñoso y obediente, entonces me hizo la pregunta de rigor:

¿Cuéntame que paso realmente?

Se lo tuve que contar, le dije que había olvidado hacer la tarea de la lata forrada, por haber trabajado con ella el día anterior, que la monja me había metido un par de cachetadas, etc. Con la esperanza de que vaya al colegio y ponga en su lugar a la monja, pero eso no paso, ella fue a hablar con la monja y le explicó el porque no había hecho la tarea, pero en ningún momento le recrimino esa actitud hacia mi, la monja le respondió que vaya al día siguiente llevándole la tarea hecha por mis propias manos. Aun hasta hoy me causa rencor recordar ese pasaje de mi vida, que mi madre no haya tenido otra actitud con la monja, al menos le hubiera gritado por haberme tratado de esa manera, antes los padres aceptaban el hecho de que a sus hijos les apliquen castigos físicos en el colegio, ahora todos sabemos que es un delito. Mi hija Lucia es la única que está en el colegio, sus hermanos Leonardo y Nicolás aún están pequeñitos, sí alguna vez les infieren algún castigo físico o sicológico, voy al colegio y pongo en su lugar al causante, y si es varón lo espero a la salida del colegio y le saco todo lo que se llama madre.

Al día siguiente regrese al colegio con una lata forrada y se la entregue a la monja, me miro con cara de pocos amigos y me puso 14 de nota, esta vez no pensé nada acerca de la calificación, me senté en mi lugar pensando en una manera de vengarme de la monja o de la chismosa de la clase, Celia; la venganza llego aproximadamente al mes, ella se sentaba a 2 carpetas detrás de la mía, vi que masticaba un chicle haciendo bastante ruido, luego otro, y después de unos minutos otro mas, debía de tener varios porque estaba en ese trajín hacia buen rato, así que se me ocurrió lo único que podía hacer para que la castiguen, usar lo mismo que ella uso para que la monja me regale "sus caricias", se lo conté, calmadamente y con una inocencia maligna relamiéndome los labios, dije:

¡Madre, Celia está masticando chicles hace rato y no deja que me concentre en la clase!

Me imagino que mientras se lo contaba debo haber parecido esos personajes de caricaturas que dicen sus planes malignos mientras se frotan las manos, a continuación la monja se paro y pregunto:

¿Celia es eso cierto? la chismosa se puso colorada y por supuesto que lo negó chillando : ¡¡¡no madrecita, el chino es un mentiroso!!!
Estrella
Estrella

Cantidad de envíos : 2015
Puntos : 45776
Fecha de inscripción : 19/07/2013

Volver arriba Ir abajo

"Mi amiga" la monja Celina Empty Re: "Mi amiga" la monja Celina

Mensaje por Estrella Mar Feb 17, 2015 4:46 pm

"Mi amiga" la monja Celina, última parte

La monja me miró con una expresión dura y con una media sonrisa casi cruel dijo:
¡¡¡Freddy, tu sabes muy bien lo que le pasa a los mentirosos ¿verdad?
La mire recordando las cachetadas y con una calma inusual para el momento y sin temor replique:
-¡si quiere salir de dudas revise debajo de la carpeta de Celia!
Ante mi respuesta la monja miró a toda la clase y todos la escudriñaban con demasiado interés esperando su reacción, un tanto dubitativa se dirigió a la carpeta de Celia, quién tenia la cara demasiada sonrojada que parecía un tomate a punto de estallar y mirándome con una rabia contenida, Yo le devolví la mirada con una sonrisa de satisfacción, al llegar al lugar de la chismosa, la monja Celina rebusco debajo de la carpeta, se puso rígida como un palo de escoba y saco dos bolsas de chicles de sabor chicha morada, y apretando los dientes le dijo a Celia:
-¿Que significa esto? ¡¡masticando cochinadas en mi clase, no te lo permito!!
Regreso a su escritorio con las dos bolsas en la mano y al pasar por mi lugar me miro frunciendo los labios, yo simplemente le devolví la mirada con una media sonrisa de satisfacción, pensando en cuál sería el castigo para Celia la chismosa. Desde su escritorio la monja Celina vio a toda la clase y en voz alta dijo:
¡¡voy a dar un castigo ejemplar para que esto no vuelva a suceder!!
Se levantó y empezó a repartir los chicles a toda la clase, todos se quedaron sorprendidos por el detalle, Yo mas sorprendido aún porque no era el castigo que esperaba le iban a imponer a la chismosa, cuando uno es niño no entiende muy bien el concepto de la venganza o las revanchas, pero yo tenía mucho rencor acumulado hacia ellas dos, ahora recuerdo ese episodio y no niego que me causa cierto rencor pero también mucha gracia.
Ese fue el gran "castigo" que anuncio la monja para Celia la chismosa, definitivamente no fue lo que Yo esperaba pero a Celia si le afecto mucho, porque no dejo en todo el resto de las horas de clase de lanzarme miradas de rencor, y se ponía cada vez más colorada cuando le devolvía las miradas con una sonrisa media burlona, fue su castigo al fin y al cabo.
Del episodio con Celia y sus chicles transcurrió aproximadamente un mes, estaba en uno de los tantos recreos y tocaron la campana de final del recreo, yo jugaba con una rama de pino y me metí a los servicios higiénicos con la rama en la mano, para bajar al baño de niños había que descender unas escaleras, me pare frente al retrete y en un impulso casi inconsciente tire la rama dentro, inmediatamente escuche a mis espaldas una voz que me dijo:
¡¡¡vas a ver te voy a acusar con tu profesora!!!
Era un niño de un grado superior al mío al cuál lo conocía solo de vista y él igual a mi, por lo tanto no sabíamos el nombre uno del otro, en ese instante imagine a Kiko amenazando al Chavo con acusarlo por alguna travesura que este habría cometido y me causo mucha gracia, y como para poner mas dramática la situación por una simple rama continuó:
¡¡¡dime inmediatamente tu nombre y apellido para ir a donde tu maestra!!!
Tenia 8 años pero no era tan tonto como para decirle: ¡oh si por supuesto mi nombre es Freddy Zamudio y mi profesora es la monja Celina! ve y acúsame con ella para que me regale otro par de caricias en los cachetes, simplemente lo mire y le dije:
¡si tu quieres ve y cuéntale a la directora! porque en este instante me voy a clases, di media vuelta y me fui, imagino que se quedo paralizado con mi respuesta y reacciono un poco tarde, porque como a los 10 minutos una de las maestras vino a mi clase y le dijo a la monja:
¡madrecita, dicen que uno de sus niños esta inundando el baño!
La monja salio más rápido que alma que lleva el diablo con dirección a los baños, lo que siguió a continuación fue un alboroto comparable solamente con el ruido que hacían las gallinas cuando las perseguíamos para que mi madre las cocinara, las profesoras corrían, una monja bajita y rechoncha tocaba la campana, la directora daba grandes zancadas con dirección a los baños, el portero del colegio corría de un lado para otro y todo el colegio convulsionado queriendo enterarse de la causa del revuelo, a los pocos minutos vimos saliendo a la monja Celina con el brazo derecho pegado al cuerpo, custodiada por unas cuantas profesoras y la directora rumbo al hospital.
Los rumores eran de lo mas jocosos y algunos hasta tirados de los pelos, unos decían que no aguantaba las ganas de ir al baño y por apurada rodó por las escaleras, otros decían que se había agarrado a trompadas con una profesora con la que no se llevaba bien y que esta le había aplicado una llave de lucha libre y le había fracturado el brazo, por ahí escuche a unas niñas de sexto grado decir: ¡¡como es una bruja seguro que se cayó de la escoba mientras se dirigía volando al baño!!, unos niños de primer grado aseguraban fervientemente haber visto a la monja jugando fútbol con el portero del colegio, y que la monja se había lastimado el brazo al hacer una chalaca.
La verdad salio a la luz con el transcurso de los días, el niño que quería acusarme pensó que estaba solo y permaneció en el baño buscando una manera de culparme, llenó de papel higiénico el urinario y soltó todas las llaves de los lavamanos con los tapones puestos hasta que estos comenzaron a rebalsar, pero no contaba con que había un niño de segundo grado mirando todo desde una ventana, y este fue donde su maestra y le dijo que el culpable era un niño de tercer grado y no uno de cuarto, ese error provocó que la monja Celina vaya al baño y al entrar resbalara en el piso mojado y se desplomara de costado como un costal de papas, lo que provoco que se fracture la muñeca de la mano derecha, la misma mano con la que me regaló "sus caricias".

Freddy javier
Estrella
Estrella

Cantidad de envíos : 2015
Puntos : 45776
Fecha de inscripción : 19/07/2013

Volver arriba Ir abajo

"Mi amiga" la monja Celina Empty Re: "Mi amiga" la monja Celina

Mensaje por Estrella Mar Feb 17, 2015 4:47 pm