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EL ALTAR-Capítulo V - La destrucción
por Marcela Noemí Silva Sáb Dic 24, 2011 12:09 am
EL ALTAR
CAPÍTULO V-LA DESTRUCCIÒN
Mariela comenzó a caminar rumbo a su departamento, percibió la mirada del oficial en su nuca. Respiró profundo y camino con paso lento. Como si regresara de una tragedia. Para el oficial era una víctima esa noche y su comportamiento debía ser como tal.
Para el joven policía era una asesina en potencia, pero él había sido desacreditado por su superior, así que poco le importaba.
Lo importante era el aquí y el ahora. Debía por un tiempo desaparecer. Meses atrás sabía que este día llegaría y tenía todo preparado.
Abstraída en sus pensamientos llego hasta la puerta de su casa. Al entrar respiró profundo como sacándose un peso enorme de encima.
Decidida se dirigió a la cocina, tomo un bidón de alcohol industrial que hacía meses había comprado y lo llevo hasta el altar.
Se persignó antes de entrar en el. Posó su mirada en la bandeja de plata.Ahí estaban las sagradas ofrendas .
Las manos mutiladas de sus antiguas víctimas, disecándose en su aromático ritual exquisito de muerte.
Todas estaban alineadas sobre una capa de sal gruesa cubiertas con mirra, Incienso, sándalo y benjuí.
Recitó una breve oración mientras encendía los cirios.
Sin dudarlo roció con el altar con el combustible. Dejo que las velas encendidas hagan su trabajo y sin perder más tiempo se cambió con premura antes que el fuego invada toda la casa.
Tomo su bolso deportivo con su ropa y demás pertenencias. Echó un último vistazo a lo que fue su hogar y observó que las llamas ya se habían devorado el altar.
Cerró la puerta con total tranquilidad, como si saliera de vacaciones. En la calle desde su celular llamo llorando a su psiquiatra.
Del otro lado de la línea la voz del médico se hizo escuchar.
-Mariela que sucede ¿Estas bien?
-Perdóname Gastón que te llame a tu casa, pero estoy desesperada.
-Está todo bien, para eso te di el número para los casos de emergencia. Me enojaría mucho si este no fuera uno. Cuéntame ¿Qué te sucedió?
-Me quede sin casa Gastón, no tengo vivienda, no tengo padre, no tengo nada-gritaba llorando fuera de sí.
-Vamos tranquilízate que no entiendo lo que dices. Respira profundo y dime todo pausadamente.
-Por accidente se me quemo el altar de mi padre .Entre en pánico y no pude ni siquiera tomar el extintor para apagar el fuego.Traté y traté de hacer algo pero mi mente se quedo en blanco. Cuando reaccioné tomé lo poco que tenía y te llamé porque no sabía a quién recurrir.
-Déjame pensar unas horas.¿Sí? Buscaré la mejor solución para ti. Ahora no puedo hacer nada. En casa como comprenderás está mi familia durmiendo. Por más que quisiera no puedo darte alojamiento aquí .
Además, seria poco ético. ¿No te parece? Si alguien se entera que alojé a un paciente en mi hogar hasta puedo perder mi matricula.
-Pero Gastón tú eres mi psiquiatra dame una solución. No tengo a donde ir. ¿Qué hare hasta mañana?
-¿Mañana? Ya es mañana.Lo único que te puedo sugerir a esta hora,es que vayas a mi clínica del sueño. ¿Recuerdas que te hable de ella?
Por el momento es la única solución que puedo brindarte. Allí estarás atendida las 24 horas por profesionales de mi confianza. Dime ahora si aceptas, así llamo al médico de guardia para que te reciba.
Te instalarán en la guardia unas horas. Cuando yo llegue te presentaré al personal y te pondré en un lindo cuarto con vista al jardín. ¿Qué dices?
- No tengo opciones Gastón. Estoy de acuerdo, llama a tus médicos. Iré allí inmediatamente.
- Es lo mejor para ti, si te arrepientes, por favor, no me vuelvas a llamar a casa. Pide un turno con mi secretaria.
_ No me arrepentiré Gastón confía en mí. Llama a tus medicos y dile que ya voy para la clínica.
- Bien Mariela, nos vemos en una horas.Chau.
Cuando corto la comunicación Mariela pegó un salto de alegría, se sentía feliz, estaría internada por meses. El mejor refugio para desaparecer se dijo para sí misma con satisfacción.
A lo lejos se escuchaba las sirenas de la policía, pero a ella ya nada le importaba. Estaba a salvo o hasta el momento eso creía.
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